A pesar de todos los avances en la medicina el diagnóstico de cáncer mantiene un fuerte impacto para los pacientes y su entorno familiar pues provoca un alto grado de incertidumbre.

No obstante, hoy en día muchos tipos de cáncer se curan si son detectados a tiempo y otros –como algunas leucemias- son tratadas como enfermedades crónicas, manteniendo una buena calidad de vida.

El cáncer tiene una gran incidencia en la población, la experiencia de ver sufrir esta enfermedad en un familiar, amigo o vecino es un hecho común entre nosotros. Según el IARC (Internacional Agency for Research on Cancer) Argentina se encuentra en un rango de incidencia de cáncer media-alta, de acuerdo a sus estimaciones tiene una incidencia de 217 casos nuevos por cada cien mil habitantes.

“El diagnóstico de cáncer es un antes y un después en la historia de cada paciente”, afirma Gloria Alvarez, licenciada en psicología, especialista en psicooncología e integrante del Servicio de Oncología del Hospital Gandulfo, con más de diez años de experiencia en el área.

“El objetivo principal de la psicooncología es lograr la adherencia al tratamiento”, dice la Lic. Alvarez, y agrega: “desde esta disciplina trabajamos la cohesión con el equipo médico, la contención hacia el paciente y hacia el que lo cuida, también el grupo tiene un trabajo importante de orientación psicoeducativa para afrontar otros procesos como quimioterapia y/o psicoprofilaxis quirúrgica”.

“En muchos casos el paciente después del diagnóstico no escucha más nada”, asevera Betina Gürtner, también psicóloga integrante del equipo, “entonces el aprendizaje y la orientación psicoeducativa son muy importantes. En la consulta médica los tiempos son tal vez más acotados y hay una distancia mayor o respeto hacia  la investidura del médico oncólogo, entonces la psicooncología abre otro tiempo de las repreguntas, advierte la Lic. Gürtner.

El servicio de Oncología del Hospital Luisa C. de Gandulfo tiene una larga tradición de trabajo interdisciplinario, ambas profesionales coinciden en un trabajo a la par con los médicos y enfermeras del servicio.

Además de la psicoterapia individual funciona desde septiembre de 2015 un grupo terapéutico para pacientes oncológicos, de frecuencia semanal, cuyo objetivo es facilitar la adaptación psicosocial a la enfermedad, a los tratamientos y a la supervivencia del cáncer. El espacio es coordinado por las citadas profesionales y también participa una Licenciada en enfermería quien responde las dudas que surgen en el momento, referidas al área de enfermería.

Asimismo este año comenzaron con reuniones multifamiliares, donde participan familiares y amigos de los pacientes.

Para la Lic. Alvarez el grupo terapéutico es un aporte más para promover la posibilidad de que aprendan a decir lo que les pasa, “una tarea difícil porque se enfrentan con el miedo, la incertidumbre y en tal sentido es necesario contar con un espacio donde se validen estas circunstancias, en un tiempo real más acotado que el de la psicoterapia o psicoanálisis más ortodoxo”. No obstante aclara que este no un grupo de autoayuda sino un espacio terapéutico coordinado profesionalmente.

"A mí esto me cayó como un balde de agua fría. Desde que me enteré de esto no tengo proyectos”, dispara Daniel, un paciente del grupo. Inmediatamente otro paciente le contesta “te falta mucho todavía para aprender a lidiar con esto”. Así en una ronda un grupo de gente va enhebrando las palabras que quedaron sueltas con un diagnóstico que los devastó, hasta que la Lic. Alvarez vuelve a tomar la palabra y distingue entre miedo y pánico, con figuras de la naturaleza.

Para Gloria Alvarez hay algo de este trabajo que la sigue sorprendiendo: el poder provocar la resiliencia, esa capacidad humana de sobreponerse a la adversidad. Es en esta posibilidad  que encuentra una fortaleza; la misma que tal vez encontró hoy Daniel en el grupo y le permitió irse del hospital con su compañera pensando que vale la pena éste desafío que están emprendiendo juntos.

Junio 2016

Karina Oliva- Prensa y Comunicación HIGA Gandulfo